Los rodamientos cerámicos funcionan reduciendo la fricción gracias a sus bolas, que son más duras, esféricas y lisas que las de acero. Esto se traduce en una menor resistencia a la rodadura, un funcionamiento más suave y una mayor durabilidad. Las bolas de nitruro de silicio son más ligeras, lo que genera menos fuerza centrífuga. Aunque su principal ventaja se ve en altas velocidades, también proporcionan un rendimiento superior en bicicletas al ahorrar vatios y resistir mejor la corrosión.

Mayor eficiencia y rendimiento:

Al minimizar la pérdida de energía debido a la fricción, los rodamientos cerámicos permiten un rodaje más rápido y eficiente, con un ahorro de vatios considerable para el ciclista.

Durabilidad:

Son más duros y resistentes al desgaste que los rodamientos de acero, lo que prolonga su vida útil.

Mantenimiento:

Aunque no necesitan tanta grasa como los de acero, un mantenimiento adecuado es fundamental para asegurar su durabilidad.